martes, 7 de febrero de 2012

REFLEXION " LA TORTUGA"



                                     LA TORTUGA
 
Romanos 12,9-10  “Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno. Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño. Y adelántense al otro en el respeto mutuo.” 1ª Corintios 13,1-2 “Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los Ángeles, si me falta el amor seria como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, el saber más elevado, aunque tuviera tanta fe, como para trasladar montes si me falta el AMOR NADA SOY.”
 
Un niño estaba golpeando a una tortuga, esta al verse amenazada se esconde en su caparazón,  ante esto, el niño  la golpea nuevamente para que saque la cabeza y sus patas.-  sal de ahí tortuga cobarde- le increpaba el niño, - ¿me tienes miedo tortuga miedosa?, y la golpeaba aumentando puntapiés. Ante el encierro de la pobre tortuga, agarra un palo y golpea el caparazón pretendiendo que salga otra vez.  El papá del niño entra en escena y al ver  a su hijo en tal actitud  le dice:- Pequeño Jeremías, de esa manera no lograrás nada, con golpes no harás que la tortuga vuelva a caminar.  Y tomando al  reptil, lo lleva a un lugar donde estaba quemando la basura,   acerca la tortuga al fuego quien al sentir el “CALOR” del fuego, lentamente, empieza  a sacar primero la cabeza luego las patas y vuelve a caminar.  El papá alejando a la tortuga del fuego le dice a jeremías:- Hijo mío espero que no te olvides que con rudeza y golpes  nunca lo ibas a lograr, pero si con el calor del fuego se logra lo imposible.
 
Muchas veces tratamos de hacer las cosas a golpes, con rudeza. Queremos que los demás nos acompañen a la iglesia, los llevamos a la fuerza, con amenazas. Intentamos hacer que en nuestra familia nos escuchen gritando, levantando la voz.  Pero en vez de obtener buenos resultados casi siempre no logramos nada.  Usando la fuerza, nos ganamos la antipatía y el resentimiento de nuestros seres queridos, y amigos. El calor de una palabra tierna, cariñosa, amable se convierte en la llave para poder entrar a la mente y al corazón de las personas.
 
A veces  en la iglesia nos calentamos con el fuego del amor, la llama del Espíritu Santo nos quema y nos emocionamos.  Cuando Salimos de la iglesia  y vemos  al resto de nuestra familia  que se queda a mirar  el fútbol o a compartir con los amigos, al ver a nuestros hijos que no quieren ir a la iglesia,   en lugar de contagiarlos con el calor del amor que nos regaló Jesús,  enfriamos más aún las relaciones familiares al decir frases como esta:- ¡Pecadores! ¡Ustedes se van a ir al infierno!  ¡Dios no los quiere por que no van a la iglesia! nos enojamos y el ángel que salio de la iglesia se transforma en ángel caído. Se nos borró la película del amor y empezamos a filmar una película llamada “LA  LENGUA ARDIENTE”, pues las palabras como fuego que quema salen de nuestras bocas, palabras que hieren, lastiman, dañan a nuestros seres queridos que al ver nuestra actitud empiezan a cuestionarnos y  a decir:- para eso van a la iglesia, para insultar, gritar, calumniar.- Es por eso que yo prefiero quedarme en casa, para que fingir y ser más “transformer” que los autos que llegan del Japón.
 
La realidad del creyente es que  en más de una ocasión tendrá que enfrentarse con diferencias de carácter, desigualdad de ideas y opinión, dentro de nuestra familia. con los amigos, en reiteradas oportunidades habrá que enfrentar discusiones y peleas.  ante estos acontecimientos  debemos recordar siempre la historia del niño y la tortuga, nunca olvidemos que con rudeza, con golpes, con gritos, discusiones  y peleas no lograremos nada.   No es con la fuerza, ni con la espada que el mundo cambiará,  SOLO EL AMOR LO CAMBIARA,   sólo el fuego del amor de Cristo quemando nuestros corazones y fluyendo por medio de nuestro ejemplo de vida  hará que los demás acepten infinidad de cosas.  Con palabras tiernas, suaves, y sobre todo palabras de compasión hará que todo sea diferente en nuestra vida y en la de los que nos rodean.  Recordemos lo que Jesús nos ordenó en Juan 15,12 “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado”  
 
Les dejo una frase para que la recuerden siempre  El calor y el fuego del amor, derriten todo el hielo y frialdad de las personas”. Sobre todo lo mas importante,  aunque tenga todo en la vida si me FALTA EL AMOR, NADA SOY.  
MAVADE
 

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