miércoles, 1 de febrero de 2012

REFLEXION " SORPRENDE AL ENEMIGO "





SORPRENDE AL ENEMIGO

El sargento quería ver que tan preparados estaban sus soldados para la batalla.

Soldado cochova, ¿Qué haría usted si en plena batalla se queda sin municiones?

-“Seguir adelante con mi fusil y no retroceder jamás” responde el soldado.

Muy bien dice el sargento, a ver soldado Nacho

¿Qué haría usted si recibe un ataque por sorpresa del enemigo?

Sonriendo el soldado dice: “si es ataque por sorpresa lógico que tengo que poner cara de asombro mi sargento”.

En la batalla de la vida, en multitud de veces se nos presentara el enemigo del alma, el enviara a sus milicias para atacarnos de diferente manera, los ataques serán en el momento que menos esperemos, el enemigo nos atacara por sorpresa. Ante estos ataques ¿Que tenemos que hacer? Para no “Poner cara de asombro” como dijo el soldado.

Hoy quiero darles una Buena Noticia, en el evangelio de San Lucas 4,1-13 Jesucristo nos enseña como vencer al enemigo, como enfrentar y salir victoriosos frente a las tentaciones que se nos presentaran en el desierto de la vida.

Tres cosas son necesarias para la victoria:

Espíritu Santo, Palabra de Dios, y Obediencia a la Palabra de Dios.

1) Llenos de Espíritu Santo.-

“Jesús volvió de las orillas del Jordán lleno del Espíritu Santo y se dejo guiar por el espíritu a través del desierto” (Lucas 4,1)

En el desierto de la vida, cuando lleguen diversas tentaciones, imposible hacerles frente si no estamos llenos del Espíritu Santo, es imprescindible todos los días al despertar reclamar esa fuerza del Espíritu Santo (Hechos, 1,8) Llenos del Espíritu podemos caminar por el desierto de las tentaciones, y ser testimonios de la Fuerza y poder de Cristo.

2) Llenos de la Palabra de Dios

Cuando Cristo fue tentado, el respondió con la palabra de Dios, ante los ataques del enemigo el respondió: “Dice la escritura” (Lc 4,4.8.12). Como seguidores de Cristo tenemos que invertir tiempo y más tiempo en leer y conocer la Palabra de Dios para que cuando los ataques del enemigo nos quieran debilitar podamos decir con firmeza: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4,13)

Cuando el enemigo nos ataque con dardos de temor y miedo podamos responder: “Yo no tengo miedo, yo tengo valor y firmeza porque el Señor está conmigo donde quiera que yo vaya (Josué 1,9)

Cuando el enemigo nos lleve por el desierto de los pecados mortales, nosotros tendremos que recordar y decir: no puedo pecar porque “Sin santidad no podre ver a Dios” (Hebreos 12,14).

El enemigo buscara como hacernos caer, pero para cada tentación la Biblia tiene municiones y armas letales para destruir las balas del maligno.

3) Obediencia a la palabra de Dios

Nuestro enemigo es astuto, el también conoce la biblia, a Cristo le dijo: “dice la escritura: Dios ordenara a sus ángeles que te protejan” (Lc 4,10) ante esto la respuesta de Cristo es contundente él le responde: “Esta mandado” (4,12) El señor con esta respuesta quiso enseñarnos que mas que conocer la palabra de Dios hay que obedecerla, más que aprenderla para salir victoriosos en los momentos difíciles de la tentación tenemos que practicar y OBEDECER LA PALABRA DE DIOS.

Querido hermano: En el desierto de su vida, las tentaciones llegaran, el enemigo estará acechando para destruirlo, pero ahora ya sabe cómo enfrentarlo:

-Pida el Espíritu Santo todos los días

-Lea y aprenda la palabra de Dios

-Obedezca la palabra de Dios.

Estoy seguro que si cumplimos estos tres pasos, recordando las palabras del soldado Nacho “si es ataque por sorpresa lógico que tengo que poner cara de asombro mi sargento” El sorprendido será nuestro enemigo. Poniendo en práctica lo que nos enseña Lucas 4,1-13 a nuestro enemigo no le quedara más que poner “cara de asombro” y retirarse.

Oración: Señor se que tarde o temprano tendré que transitar por el desierto de las tentaciones, por ello en este momento pido ser lleno de tu Espíritu Santo, Ven Espíritu Divino, Ven Espíritu a llenar con tu poder todo mi ser, Abre mis ojos para poder ver tu palabra, abre mis oídos para poder escuchar tu palabra, abre mi corazón para que el poder de tu palabra penetre en el. Espíritu Santo enséñame y ayúdame a OBEDECER la Palabra de Dios, para salir victorioso en el combate espiritual. Amen

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