A la medida de Dios
 
La Virgen Maria
 
 está hecha a la medida de Dios, es decir, sin medida.
La Virgen, como dicen los santos, está en los límites
de la divinidad, y si bien es una simple criatura,
también es cierto que no hay criatura superior a Ella,
aún reunidas las perfecciones de todas ellas,
no podrían superar la perfección de María Santísima.
  
Ahora bien, si pensamos que Jesús,
en el momento de su agonía en la Cruz ,
nos ha entregado a María como Madre nuestra,
y que realmente, a partir de ese momento
la Virgen es verdaderamente nuestra Madre,
y nosotros somos sus hijos,
es la cosa más admirable del mundo,
pues el Señor nos ha dado su mayor tesoro,
que es la Virgen , para que nos cuide y proteja.
 
Debemos volvernos todos locos de amor por María,
porque teniendo devoción a María,
automáticamente seremos de Dios.
 
Vayamos a María, que en Ella
siempre encontraremos a Jesús, a Dios,
porque la Virgen es toda relativa a Dios,
y nunca está separada del Altísimo.

serviciobiblicocatolico@hotmail.com