JESUS ESTA TOCANDO A TU PUERTA HOY
"Mira, estoy llamando a
la puerta. Si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en
su casa"
(Apocalipsis 3.20)
(Apocalipsis 3.20)
¿Conoces tú a Jesús de Nazaret?
¿Le conoces personalmente?
¿Ha entrado Jesucristo en tu vida
y es para tí UNA PERSONA REAL a quien sirves como tu Señor y Salvador?
En el pricipio del cristianismo,
después del fenomenal acontecimiento de Pentecostés, los apóstoles
empezaron a anunciar la Buena Noticia del Señor Jesucristo (Hechos
2,l4). Aquellos que decidían creer en Jesús después de escuchar
la predicación apostólica eran bautizados (Hechos 2,41). Así entraban
a formar parte de la Iglesia los nuevos cristianos. Primero era
la evangelización, la predicación del mensaje de Cristo. Del oir
la Palabra de Dios brotaba la fe en el corazón de los oyentes
(Romanos 10,17); solo después recibían el bautismo. Por eso las
primeras comunidades cristianas eran comunidades vivas, llenas
de fe, misioneras y fraternales (Hechos 2,43-47).
Hoy, después de 20 siglos, la Iglesia
está conformada en su mayor parte por miembros NOMINALES, es decir
por católicos que NO han hecho su opción personal por Cristo;
creyentes que no están convertidos. No conocen a Cristo porque
no han escuchado la predicación ardiente de las Buenas Nuevas
acerca de El. Todos estámos bautizados porque nuestros padres
cumplieron la norma católica de hacer bautizar a sus hijos desde
pequeños pero luego muchos no fuimos evangelizados ni catequizados
por ellos porque a su vez ellos no lo habían sido.
Al principio de la historia de
la Iglesia se bautizaba solo a los convertidos. Hoy día la misión
se ha invertido en los países llamados cristianos : Hay que evangelizar
y convertir a los bautizados. Por esta razón son estériles muchos
de nuestros programas parroquiales : ¡Porque aún seguimos dedicados
a diversas catequesis sacramentales sin antes haber evangelizado!!
No estamos evangelizando con la predicación viva del evangelio
de Cristo. Esto es como querer levantar una casa sin antes haber
puesto los cimientos.
¡Pero qué alentador es ver que
las cosas están cambiando! La Evangelización está retomando su
primerísimo lugar en la pastoral católica. La Catequesis, o educación
de la fe, debe ser posterior a la Evangelización que es el anuncio
del Misterio de Cristo para despertar una opción personal de fe
en los oyentes.
Por esta razón, y para contribuir
a una mayor evangelización, desde este quinto número de "MISION
SIGLO XXI" brindaremos esta nueva sección denominada "LA
BUENA NOTICIA" que contendrá fuertes mensajes invitando a
la conversión y al seguimiento de Cristo.
Volvamos ahora a nuestra pregunta
inicial: -Tú, ¿Conoces personalmente a Jesús? ¿Has tenido un encuentro
transformador con el Señor en algún momento detu vida? Si consideras
que sí, ¡enhorabuena!, entonces usa este mensaje para evangelizar
a quienes te rodean. Pero si reconoces que no entonces considera
con detenimiento este mensaje; tal vez te haya llegado el momento
de conocer al Buen Pastor, al Rey de reyes, al Unico Señor y Salvador
Jesucristo que está vivo y presente entre nosotros. San Pablo
amonestó a los carismáticos creyentes de Corinto en términos apropiados
para muchos católicos de hoy. Les dijo :"Despierten de
sus pensamientos torpes, y no pequen, pues ALGUNOS DE USTEDES
NO CONOCEN A DIOS. Se lo digo para su vergüenza."(1 Corintios
15,34). ¿Te sientes interpelado por estas palabras? ¡Ojalá que
sí! Jesús dijo:"Dichosos los que reconocen su necesidad
espiritual porque ellos alcanzarán el Reino de Dios".
(Mateo 5,3).
¿QUIEN ES JESUS PARA TI?
Todos sabemos un montón de datos
acerca de Jesús, pero son pocos los que le conocen personalmente.
El apóstol Juan escribió en su primera carta: "Les escribimos
acerca de aquel que hemos visto con nuestros propios ojos... Les
anunciamos lo que hemos visto y oido...(1 Juan 1,1-3). ¡Esto
es lo que nos falta: una experiencia personal de Jesús!
Tú sabes que Jesús es el Hijo de
Dios, que nació hace 1994 años en Belén, que su madre fue la Virgen
María, que vivió hasta los treinta años en Nazaret, que luego
salió a predicar durante tres años y que finalmente murió crucificado.
Pero ¿Significa Jesús algo personal para tí? ¿Marca El tu vida?
Tu eres católico y por tanto tú
eres cristiano (católico y cristiano son términos equivalentes).
Ser cristiano no significa en primer lugar cumplir ritos y costumbres
cristianas. Ser cristiano significa en primer lugar SER DISCIPULO
DE CRISTO, es decir SEGUIDOR DE CRISTO (Marcos 8,34-38). Pero
para seguir a Cristo es preciso primero conocerle. No el conocer
sus datos o sus distintas imagenes, sino conocerle personalmente
"en vivo y en directo", o sea tener una experiencia
viva de su presencia!! Este es el punto fundamental de la fe cristiana.
El cristianismo es Vida. ¡Jesús
vino para darnos Vida abundante! Esta vida la gozarón y pregonaron
quienes conocieron a Jesús. Al conocer a Jesús se dieron cuenta
de su propio pecado, se arrepintieron y se convirtieron en discípulos
suyos. ¡El encuentro con Cristo los transformó!
Consideremos como ejemplo de esto
el caso de Zaqueo (Lucas 19,1-10). Zaqueo era un abusivo cobrador
de impuestos al servicio de los romanos y por tanto muy odiado
por sus compatriotas judíos. Pero Zaqueo quería conocer a Jesús.
Cuando se enteró que estaba pasando por su pueblo se fue corriendo
a verlo. Para conseguirlo se subió a un árbol pues era bajo de
estatura. Pero ahí Jesús lo descubrió y le dijo: "Zaqueo
baja en seguida, porque ahora mismo voy para tu casa".
¡Qué inesperada sorpresa para Zaqueo! ¡Jesús quería entrar en
su vida personal y familiar! Se alegró muchísimo, bajó de prisa
y llevó a Jesús a su domicilio. El evangelio no da detalles sobre
la experiencia interior de Zaqueo pero por los resultados se puede
entrever que el efecto de conocer personalmente a Jesús fue tan
hondo que transformó TOTALMENTE su duro corazón: "Señor,
daré la mitad de mis bienes a los pobres y a quienes les robé
les devolveré cuatro veces más". Nada ni nadie hubiera
sido capaz de cambiar a este ambicioso explotador de su propio
pueblo. Pero el encuentro con Jesús lo cambió. Y luego fue uno
de sus fieles seguidores.
Lo mismo puede sucederte a tí,
cristiano por nacimiento del siglo veinte. Porque este mismo Jesús,
Hijo de Dios, resucitó despues de su muerte y ahora vive para
siempre entre nosotros. ¡Tú puedes tener un encuentro personal
con El! Tú puedes conocerle como lo conocieron los apóstoles y
los santos. Tú puedes desarrollar una amistad maravillosa con
El. ¿Por qué es esto posible? Por la única razón de que EL MISMO
QUIERE TENER ESE ENCUENTRO CONTIGO. Escucha lo que dice a lo largo
de los siglos: "Mira, YO estoy llamando a la puerta. Si
alguien oye mi voz y me abre la puerta, ENTRARE EN SU CASA y cenaré
con él y él conmigo"(Apocalipsis 3,20). ¿Te das
cuenta del tremendo mensaje que encierran estas palabras suyas
registradas en la Biblia?: ¡Jesús está llamando a tu puerta! El
te conoce desde antes de tu nacimiento. Ahora quiere que tú le
conozcas a El. De muchas maneras El toca a tu puerta: a través
de una revista, de un programa radial, de una película, de una
charla parroquial, de un retiro o de la conversión de un conocido
tuyo. No solo, sino también te llama a través de los problemas
y sufrimientos cotidianos que cuestionan tus afanes materialistas.
Por último te llama a través de tu propia conciencia que siempre
estará intranquila e insatisfecha mientras no tenga la presencia
de Dios y esté saturada de pecado. Jesús está llamando a tu puerta.
¿Qué debes hacer tú ahora? Hace ya cierto tiempo Juan Pablo II
dijo al mundo entero: "Abrid las puertas a Jesucristo".
Eso es lo que tienes que hacer! Abre la puerta de tu corazón al
Señor. ¡Entrega tu vida entera a Jesucristo! y experimentarás
ese encuentro maravilloso con El. Basta ya de ser un cristiano
nominal o por nacimiento. Eso está bien para los niños pequeños;
tú debes pasar a una fe adulta y personal. Debes hacer propia
la fe que has heredado. Por tí mismo debes acoger a Jesús en tu
vida. ¿Cómo hacerlo? No hay otro medio que la oración personal.
Haz primero una decisión sincera de pertenecer por entero a Jesúcristo.
Luego ponte en oración humilde y dile a Jesús algo similar a esto:
"Señor, entra en mi vida. Ya no quiero seguir así. Tú
conoces mi pecado. Perdóname por favor.Te entrego todo lo que
he sido hasta hoy. Limpia mi corazón con tu sangre. Hazme una
nueva persona para seguirte solo a tí por siempre. Amén."
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