miércoles, 20 de junio de 2012

"JESUS TOCA TU PUERTA HOY ABRELE"



                      JESUS ESTA TOCANDO A TU PUERTA HOY
"Mira, estoy llamando a la puerta. Si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa"
(Apocalipsis 3.20)
¿Conoces tú a Jesús de Nazaret?     ¿Le conoces personalmente?
¿Ha entrado Jesucristo en tu vida y es para tí UNA PERSONA REAL a quien sirves como tu Señor y Salvador?
En el pricipio del cristianismo, después del fenomenal acontecimiento de Pentecostés, los apóstoles empezaron a anunciar la Buena Noticia del Señor Jesucristo (Hechos 2,l4). Aquellos que decidían creer en Jesús después de escuchar la predicación apostólica eran bautizados (Hechos 2,41). Así entraban a formar parte de la Iglesia los nuevos cristianos. Primero era la evangelización, la predicación del mensaje de Cristo. Del oir la Palabra de Dios brotaba la fe en el corazón de los oyentes (Romanos 10,17); solo después recibían el bautismo. Por eso las primeras comunidades cristianas eran comunidades vivas, llenas de fe, misioneras y fraternales (Hechos 2,43-47).
Hoy, después de 20 siglos, la Iglesia está conformada en su mayor parte por miembros NOMINALES, es decir por católicos que NO han hecho su opción personal por Cristo; creyentes que no están convertidos. No conocen a Cristo porque no han escuchado la predicación ardiente de las Buenas Nuevas acerca de El. Todos estámos bautizados porque nuestros padres cumplieron la norma católica de hacer bautizar a sus hijos desde pequeños pero luego muchos no fuimos evangelizados ni catequizados por ellos porque a su vez ellos no lo habían sido.
Al principio de la historia de la Iglesia se bautizaba solo a los convertidos. Hoy día la misión se ha invertido en los países llamados cristianos : Hay que evangelizar y convertir a los bautizados. Por esta razón son estériles muchos de nuestros programas parroquiales : ¡Porque aún seguimos dedicados a diversas catequesis sacramentales sin antes haber evangelizado!! No estamos evangelizando con la predicación viva del evangelio de Cristo. Esto es como querer levantar una casa sin antes haber puesto los cimientos.
¡Pero qué alentador es ver que las cosas están cambiando! La Evangelización está retomando su primerísimo lugar en la pastoral católica. La Catequesis, o educación de la fe, debe ser posterior a la Evangelización que es el anuncio del Misterio de Cristo para despertar una opción personal de fe en los oyentes.
Por esta razón, y para contribuir a una mayor evangelización, desde este quinto número de "MISION SIGLO XXI" brindaremos esta nueva sección denominada "LA BUENA NOTICIA" que contendrá fuertes mensajes invitando a la conversión y al seguimiento de Cristo.
Volvamos ahora a nuestra pregunta inicial: -Tú, ¿Conoces personalmente a Jesús? ¿Has tenido un encuentro transformador con el Señor en algún momento detu vida? Si consideras que sí, ¡enhorabuena!, entonces usa este mensaje para evangelizar a quienes te rodean. Pero si reconoces que no entonces considera con detenimiento este mensaje; tal vez te haya llegado el momento de conocer al Buen Pastor, al Rey de reyes, al Unico Señor y Salvador Jesucristo que está vivo y presente entre nosotros. San Pablo amonestó a los carismáticos creyentes de Corinto en términos apropiados para muchos católicos de hoy. Les dijo :"Despierten de sus pensamientos torpes, y no pequen, pues ALGUNOS DE USTEDES NO CONOCEN A DIOS. Se lo digo para su vergüenza."(1 Corintios 15,34). ¿Te sientes interpelado por estas palabras? ¡Ojalá que sí! Jesús dijo:"Dichosos los que reconocen su necesidad espiritual porque ellos alcanzarán el Reino de Dios". (Mateo 5,3).
¿QUIEN ES JESUS PARA TI?
Todos sabemos un montón de datos acerca de Jesús, pero son pocos los que le conocen personalmente. El apóstol Juan escribió en su primera carta: "Les escribimos acerca de aquel que hemos visto con nuestros propios ojos... Les anunciamos lo que hemos visto y oido...(1 Juan 1,1-3). ¡Esto es lo que nos falta: una experiencia personal de Jesús!
Tú sabes que Jesús es el Hijo de Dios, que nació hace 1994 años en Belén, que su madre fue la Virgen María, que vivió hasta los treinta años en Nazaret, que luego salió a predicar durante tres años y que finalmente murió crucificado. Pero ¿Significa Jesús algo personal para tí? ¿Marca El tu vida?
Tu eres católico y por tanto tú eres cristiano (católico y cristiano son términos equivalentes). Ser cristiano no significa en primer lugar cumplir ritos y costumbres cristianas. Ser cristiano significa en primer lugar SER DISCIPULO DE CRISTO, es decir SEGUIDOR DE CRISTO (Marcos 8,34-38). Pero para seguir a Cristo es preciso primero conocerle. No el conocer sus datos o sus distintas imagenes, sino conocerle personalmente "en vivo y en directo", o sea tener una experiencia viva de su presencia!! Este es el punto fundamental de la fe cristiana.
El cristianismo es Vida. ¡Jesús vino para darnos Vida abundante! Esta vida la gozarón y pregonaron quienes conocieron a Jesús. Al conocer a Jesús se dieron cuenta de su propio pecado, se arrepintieron y se convirtieron en discípulos suyos. ¡El encuentro con Cristo los transformó!
Consideremos como ejemplo de esto el caso de Zaqueo (Lucas 19,1-10). Zaqueo era un abusivo cobrador de impuestos al servicio de los romanos y por tanto muy odiado por sus compatriotas judíos. Pero Zaqueo quería conocer a Jesús. Cuando se enteró que estaba pasando por su pueblo se fue corriendo a verlo. Para conseguirlo se subió a un árbol pues era bajo de estatura. Pero ahí Jesús lo descubrió y le dijo: "Zaqueo baja en seguida, porque ahora mismo voy para tu casa". ¡Qué inesperada sorpresa para Zaqueo! ¡Jesús quería entrar en su vida personal y familiar! Se alegró muchísimo, bajó de prisa y llevó a Jesús a su domicilio. El evangelio no da detalles sobre la experiencia interior de Zaqueo pero por los resultados se puede entrever que el efecto de conocer personalmente a Jesús fue tan hondo que transformó TOTALMENTE su duro corazón: "Señor, daré la mitad de mis bienes a los pobres y a quienes les robé les devolveré cuatro veces más". Nada ni nadie hubiera sido capaz de cambiar a este ambicioso explotador de su propio pueblo. Pero el encuentro con Jesús lo cambió. Y luego fue uno de sus fieles seguidores.
Lo mismo puede sucederte a tí, cristiano por nacimiento del siglo veinte. Porque este mismo Jesús, Hijo de Dios, resucitó despues de su muerte y ahora vive para siempre entre nosotros. ¡Tú puedes tener un encuentro personal con El! Tú puedes conocerle como lo conocieron los apóstoles y los santos. Tú puedes desarrollar una amistad maravillosa con El. ¿Por qué es esto posible? Por la única razón de que EL MISMO QUIERE TENER ESE ENCUENTRO CONTIGO. Escucha lo que dice a lo largo de los siglos: "Mira, YO estoy llamando a la puerta. Si alguien oye mi voz y me abre la puerta, ENTRARE EN SU CASA y cenaré con él y él conmigo"(Apocalipsis 3,20). ¿Te das cuenta del tremendo mensaje que encierran estas palabras suyas registradas en la Biblia?: ¡Jesús está llamando a tu puerta! El te conoce desde antes de tu nacimiento. Ahora quiere que tú le conozcas a El. De muchas maneras El toca a tu puerta: a través de una revista, de un programa radial, de una película, de una charla parroquial, de un retiro o de la conversión de un conocido tuyo. No solo, sino también te llama a través de los problemas y sufrimientos cotidianos que cuestionan tus afanes materialistas. Por último te llama a través de tu propia conciencia que siempre estará intranquila e insatisfecha mientras no tenga la presencia de Dios y esté saturada de pecado. Jesús está llamando a tu puerta. ¿Qué debes hacer tú ahora? Hace ya cierto tiempo Juan Pablo II dijo al mundo entero: "Abrid las puertas a Jesucristo". Eso es lo que tienes que hacer! Abre la puerta de tu corazón al Señor. ¡Entrega tu vida entera a Jesucristo! y experimentarás ese encuentro maravilloso con El. Basta ya de ser un cristiano nominal o por nacimiento. Eso está bien para los niños pequeños; tú debes pasar a una fe adulta y personal. Debes hacer propia la fe que has heredado. Por tí mismo debes acoger a Jesús en tu vida. ¿Cómo hacerlo? No hay otro medio que la oración personal. Haz primero una decisión sincera de pertenecer por entero a Jesúcristo. Luego ponte en oración humilde y dile a Jesús algo similar a esto: "Señor, entra en mi vida. Ya no quiero seguir así. Tú conoces mi pecado. Perdóname por favor.Te entrego todo lo que he sido hasta hoy. Limpia mi corazón con tu sangre. Hazme una nueva persona para seguirte solo a tí por siempre. Amén."
 
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