miércoles, 20 de junio de 2012

"REFLEXION CON DIOS NADA TE FALTA"



CON DIOS NADA TE FALTA
(Publicado en nuestra revista MISION SIGLO XXI Nº 9)
¡Cuánta necesidad tenemos de recibir buenas noticias en medio de tantas noticias desalentadoras y preocupantes que nos llegan cada día! Pues bien, esas buenas noticias existen!! Las trajo Nuestro Señor Jesucristo. Son los hermosos mensajes de salvación llamados "evangelios". Evangelio es una palabra griega que significa "Buena Noticia" o "Buena Nueva". Jesús trajo "Buenas noticias para los que sufren bajo el yugo del pecado, la pobreza, la opresión, la enfermedad y la muerte (Lucas 4,18-19).
En el presente artículo brindamos una buena noticia contenida en la Palabra de Dios a todos los que gimen bajo el peso de los cotidianos problemas. ¿Tienes problemas? ¿Buscas una esperanza frente a tus sufrimientos? Aquí puede estar la luz que tanto buscas. Lee con atención.
CON DIOS NADA FALTA
Tú eres una persona creyente. Es decir una persona de fe: crees en Dios. ¿Verdad que sí? Siendo así, ¿porqué entonces gimes, o te desesperas, o maldices, o te llenas de rencor bajo el peso de tus problemas? ¿No se supone que DIOS ES MAS GRANDE QUE TUS PROBLEMAS? Mira lo que dice La Biblia: "Para Dios no hay nada imposible" (Lucas 1,37; Salmo 135,6). ¿Qué crees que significa esta frase? Piénsalo bien ¿Acaso Dios puede hacer de todo menos ayudarte en tus angustias? ¿Es que Dios se ha tomado el trabajo de crearte para luego olvidarte? ¿Crees que Dios es como esos padres desnaturalizados que embarazan a una mujer y luego se desentienden del hijo que han engendrado? Mira nuevamente lo que dice la Biblia: "¿Puede una madre olvidarse del niño que cría? Pues bien, aunque se encontrara alguna que lo olvidase, YO NUNCA ME OLVIDARIA DE TI" (Isaías 49,14-15). ¿Ves? Lo cierto es que Dios está atento a tu situación y le duele tu sufrimiento. Pero muchas veces no interviene en tu vida porque respeta tu libertad. (O tal vez porque el pecado que hay en tu vida bloquea su gracia generosa: Isaías 59,1-2). Si tú no le llamas El no se meterá en tu vida pues Dios te ha hecho un SER LIBRE. Lo que hace Dios es invitarte a recurrir a El en caso de necesidad: "Pidan y recibirán, busquen y encontrarán, llamen a la puerta y se les abrirá. Porque el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre" (Mateo 7,7-8). Es decir que si tú crees de a verdad en Dios deberías recurrir a él para afrontar tus dificultades Y NADA TE FALTARIA (Lucas 12,6-7).
LO QUE NECESITAS ES TENER VERDADERA FE EN DIOS
¿Que se necesita para obtener la ayuda divina? Simplemente un poco de genuina fe. La fe es de importancia fundamental para enfrentar los problemas de la vida con la ayuda de Dios. De nada sirve saber que Dios existe y ama a todos los hombres si no tenemos confianza en su amor y en su poder. La fe cristiana no consiste en aceptar la existencia de Dios sino en CONFIAR TOTALMENTE EN DIOS Y CREER ABSOLUTAMENTE EN LO QUE EL DICE (ver Catecismo de la Igl. Católica # 150). Y si Dios en su Santa Palabra nos promete asistencia, protección y ayuda para tiempos de angustia, entonces debemos proceder en base a esas promesas y ACTUAR CON FE QUE EN DIOS LO TENEMOS TODO Y QUE CON EL NADA NOS FALTA (Isaías 41,10; Salmo 121). En cambio si traicionando nuestra fe católica ponemos nuestra confianza en amuletos, sortilegios, brujos, adivinos, etc., entonces ofendemos a Dios y nada sacamos. Permanecemos estancados y esperanzados en falsas esperanzas que de nada sirven frente a los problemas.
LOS PASOS DE LA FE
La fe según la Biblia es "la plena seguridad de recibir lo que se espera y la convicción de la realidad de cosas que no se ve" (Hebreos 11,1). Esto significa que la fe es seguridad de la presencia de Dios en nuestra vida aunque no le vemos y confianza de obtener su ayuda aunque no le sentimos. La fe cristiana tiene una base firme y se desarrolla en tres pasos.
La base de la fe cristiana lo constituye el conocimiento de la Palabra de Dios (Romanos 10,14). No se puede ejercer una fe sólida en Dios si no se conocen sus magníficas cualidades y sus esperanzadoras promesas; ni tampoco se pueden dar los pasos de la fe.
El primer paso de la fe cristiana es la experiencia fundamental de LA CONVERSION a Cristo con la cual se empieza la nueva vida cristiana (Efesios 4,17-23).
El segundo paso de la fe es aprender a desarrollar la vida cristiana. No es suficiente con entrar al camino de Cristo, hay que caminar bien dicha senda. Es lamentable que en este punto muchos creyentes se quedan en la mediocridad o traicionan al Señor revolcándose en el fango del pecado.
El tercer paso, es el ejercicio de la fe para recibir las bendiciones de Dios. El creyente que se entrega a Cristo y luego se esfuerza por vivir según sus enseñanzas está en condiciones de recurrir confiado a la ayuda divina y obtenerla! ¡Que buena noticia para quienes vivimos en este mundo tan lleno de necesidades! ¡Podemos contar con el poder de Dios para vencer nuestras adversidades!
¿COMO OBTENER LA AYUDA DE DIOS?
Esta pregunta se plantean todos los cristianos cuando se ven agobiados por los cotidianos problemas. Pero a veces yerran al creer que la ayuda divina viene por sí sola o Dios se la da a unos cuantos predestinados. Pero Dios no actúa así. Dios desea ayudar a todos pero siempre espera a ver QUE ES LO QUE HACE EL HOMBRE QUE DICE CREER EN EL. Citemos por ejemplo el caso de Moisés que venciendo su miedo tuvo que ir físicamente desarmado ante la presencia del Faraón para recién ver el poder de Dios en acción (Exodo 6,28-30). Igualmente el pequeño David tuvo que ponerse frente a Goliat confiando en Dios para recién ver la acción divina derribando al gigante adversario. Le dijo: "yo vengo a ti en el nombre de Yavé de los ejércitos" (1 Samuel 17: 45-47). ¡Nuestra fe se refleja en nuestras actitudes y en nuestro lenguaje! La obediencia de Moisés y la actitud confiada de David desataron el poder de Dios.
¿Cómo procedes tú ante tus problemas? ¿Conservas la confianza en Dios y les haces frente expresando frases de fe? ¿O eres de los que expresan pesimismos, lamentos, y esperan "milagros que caigan del cielo" para resolver tus problemas? Analiza tu proceder y empezarás a comprender porque aún "no has visto el poder de Dios" en tu vida. Pon la base de la fe en tu vida, es decir el estudio de la Palabra de Dios y empieza a dar los pasos de la fe. ¡Entonces empezarás a "ver" la acción divina en tu vida.
LA IMPORTANCIA DE LAS PALABRAS DE FE
La ciencia de la comunicación nos enseña que las palabras dan forma a nuestra vida: condicionan nuestra forma de pensar y nuestra conducta. Es así porque las palabras son la expresión de nuestros pensamientos y sentimientos (Lucas 6,45). Por esta razón LA FE Y LAS PALABRAS SE HALLAN INTIMAMENTE LIGADAS. Si nuestros pensamientos y sentimientos son de confianza (FE POSITIVA), nuestras palabras expresarán tal confianza. En cambio si nuestros pensamientos y sentimientos son de miedo, pesimismo y preocupación (FE NEGATIVA), entonces nuestras palabras expresarán tales cosas. En Mateo 21,21 Jesús dijo: "Si tienen fe y no dudan... le dirán a este cerro: 'quítate de ahí y arrójate al mar', y así sucederá". Jesús estaba relacionando la fe con las palabras: "si tienen fe... dirán... y así sucederá". ¡Las palabras expresan el grado y la calidad de nuestra fe!
De aquí la necesidad de cultivar un lenguaje cotidiano de fe positiva. El hablar cada día palabras de confianza en el amor y el poder de Dios desatará las bendiciones divinas sobre nuestra existencia. Y también contribuirá a que muchos vuelvan su mirada hacia Dios. Ahora bien, lenguaje de la fe se alimenta en el diario contacto del alma con la Palabra de Dios. La persona que lee constantemente la Santa Biblia inevitablemente se expresa con el lenguaje de la fe.
EL LENGUAJE DE LA FE
El lenguaje de la fe podemos aprenderlo en el Salmo 23. Vamos a analizar este Salmo para ver en qué consiste.
Consideremos primeramente la alta calidad de fe que encierran las primeras palabras: "El Señor es mi Pastor, NADA ME FALTA". Esta es una confesión super-positiva. Expresa una confianza infinita en el Divino Pastor. Una confianza de tenerlo todo si se tiene a Dios. Esta confianza absoluta en Dios ha sido el motor de las grandes empresas que a lo largo de la historia realizaron los santos para gloria de Dios y provecho de la humanidad. Así mismo es la clase de fe que caracterizó a los personajes bíblicos. ¡Este es el lenguaje de fe que nosotros debemos confesar cada día para afrontar la vida con decenas de planes emprendedores en la mente! Y utilizarlo no solo en tiempos de angustia y peligro, sino también en épocas de tranquilidad.
EL LENGUAJE DE LA FE EN TIEMPOS TRANQUILOS
La fe no solo se ejerce cuando las cosas van mal sino también cuando las cosas van bien. En épocas buenas debemos reconocer la soberanía y la bondad de Dios. ¿Cómo hacerlo? Expresando alabanzas a Dios por su bondad y gratitud por sus bendiciones. Así haremos que la gloria de Dios resplandezca sobre la tierra (Mateo 5,16).
Esto hace el rey David cuando declara: "En verdes pastos me hace reposar y a arroyos de tranquilas aguas me conduce" (versículo 2).
Que las ovejas tengan verdes pastos significa que tienen justo lo que necesitan, que están satisfechas. Pues bien, Dios nuestro Pastor Celestial nos permite disfrutar en ciertos tiempos cosas buenas como la unión familiar, buena salud, estabilidad económica, etc. Estos son los "pastos verdes" que provienen de su amor. ¿Quién no ha gozado buenas épocas en su vida? Dios permitió esa paz, ese bienestar y esas alegrías que iluminaron nuestra vida terrenal. De ello debemos ser muy agradecidos ante Dios y declarar: "El Señor es mi Pastor, nada me falta, me da verdes pastos, bendito sea su Nombre". Ejercitar el lenguaje de la fe significa reconocer ante el mundo que los deliciosos "pastos verdes" del negocio o del trabajo que estamos disfrutando en el presente es posible gracias a la bondad de Dios. Hazlo y tu felicidad será mayor aún.
Pero reflexiona... ¡cuántas veces hemos disfrutado las bendiciones de Dios de una manera ingrata: sin reconocer la bondad Divina! En cambio cuán inclinados somos a quejarnos, abatirnos o maldecir cuando surgen los problemas. De continuo hablamos de cómo van mal los negocios, del clima que empeora, de los problemas de familia y salud. Estas declaraciones negativas revelan de qué está lleno nuestro corazón: negativismo y pecado (Lucas 6,45). ¡Ya es hora que ejercitemos el lenguaje de la fe!
Las "tranquilas aguas" a que se refiere David indican las bendiciones espirituales: gozo interior, paz y limpieza del corazón. Tales cosas también nos vienen de Dios a través de la dulce presencia del Espíritu Santo en el alma (Gálatas 5,22-23). El Espíritu Santo nos es dado a todos en el bautismo. Pero perdemos su presencia cuando en nuestra alma damos cabida a las diversas formas de pecado. ¿Cómo se recupera la presencia del Espíritu Santo? Mediante el arrepentimiento, la confesión y la entrega a Jesucristo. Entonces el precioso Espíritu Santo, retorna al corazón y lo llena hasta sobreabundar (1 Corintios 6,19). Es precisamente el Espíritu Santo quien inspira el lenguaje de la fe en el creyente con expresiones de profunda satisfacción espiritual (observemos los sentimientos de San Pablo en Fil 4,11-13).
EL LENGUAJE DE LA FE EN LOS TIEMPOS DIFICILES
Es evidente que de tiempo en tiempo nuestras vidas se transtornan bajo una serie de problemas y situaciones peligrosas: tentaciones, enfermedades, riesgo de muerte, etc. Las circunstancias adversas y los golpes de la vida parecen aplastarnos. Empezamos a sentir el miedo y la debilidad en nuestra propia carne. El desaliento nos invade. Algunas veces hasta sentimos que no vale la pena el esfuerzo ante tanto mal y nos rendimos.
¡Precisamente es en tales situaciones que debemos empuñar el lenguaje de la fe para hallar fuerza interior y sobreponernos a las adversidades! Debemos decir en voz alta como David: "El Señor me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos haciendo honor a su nombre" (versículo 3). Ojo a esta declaración: Dios nos dará nuevas fuerzas y nos guiará por el camino recto por honor de su nombre. ¡Si somos creyentes debemos creerlo y proclamarlo con fe! No podemos hallar victoria por nuestro solas fuerzas pero si podemos hallarlo con Dios. El es nuestra fuerza, nuestro refugio y nuestro escudo (Salmo 18,1-2).
Amigo lector: ¡Si te encuentras en circunstancias difíciles habla el lenguaje de la fe! Declara una y otra vez en voz alta: "El Señor es mi Pastor y nada me falta, me da nuevas fuerzas". Y ganarás las batallas frente a tus difíciles problemas. Observa lo que añadió el rey David ante el peligro: "Aunque pase por el más oscuro de los valles no temeré peligro alguno, PORQUE TU SEÑOR ESTAS CONMIGO" (versículo 4). ¡Qué tal fe! David rehusó amilanarse y proclamó que no le tenía miedo al peligro porque Dios estaba con él. En lugar de lamentarse de la oscuridad que le rodeaba, David afirmó la presencia de Dios y confesó su confianza en El. ¡Eso es lo que tú tienes que hacer frente a las pruebas! Es cierto que cuando atravesamos sombrías situaciones parece que Dios no está ahí a nuestro lado, pero no fijemos nuestra mirada en lo sombrío ni dejemos brotar el lenguaje del temor. En lugar de ello declaremos firmemente que Cristo está con nosotros y sentiremos la reconfortante presencia del Señor (y el miedo huirá!).
LA PROTECCION DE DIOS
En el verso 4 David reconoce la protección de Dios al decir: "tu vara y tu bastón me inspiran confianza". En aquellos tiempos el pastor de ovejas empleaba una vara para ahuyentar a las fieras que amenazaban su rebaño; y también un bastón curvado en gancho en uno de sus extremos para retornar a las ovejas que se descarriaban. Utilizando esta comparación David afirmó que el Buen Pastor Dios nos protege de los peligros y nos guía por camino seguro. Creyendo en esto David conservó la serenidad a través de los conflictos de su vida. Así también cuando tú veas todo oscuro y sin salida, y cuando hayan enemigos que buscan tu destrucción: ¡¡Utiliza el lenguaje de la fe!! No te dejes abatir. En lugar de ello, di: "Yo no se por donde ir ni como salir de esto, pero Dios me va a guiar. Su mano amorosa está sobre mi y me protege ahora mismo. El me guiará nuevamente a verdes pastos y tranquilas aguas haciendo honor a su nombre". Al expresar esta confianza generarás fuerza interior en tu alma y vencerás cualquier adversidad.
La Biblia te dice: "Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas y El te llevará por el camino recto" (Proverbios 3:5-6). Por tanto no recurras jamás a los falsos ayudadores (espiritistas, astrólogos, brujos, etc) que robándote tu dinero te prometen "curar y limpiar" tu vida y tu casa de daños y mala suerte. ¡Cuán necias son las personas que en vez de creer en el Dios vivo prefieren creer en esos falsos "maestros" buenos solo para sacar plata.
LA ABUNDANCIA DE LAS BENDICIONES DE DIOS
En el salmo 23 David declaró también: "ante los ojos de mis enemigos has llenado mi copa a rebosar" (versículo 5). A pesar de tantos enemigos circunstanciales Dios bendijo a David con bendiciones que sobrepasaron a sus necesidades. Lo bendijo de tal modo que sus necesidades fueron colmadas hasta rebosar. Así también si tú mantienes tu fe firme en Dios, El te bendecirá "hasta rebosar".
La parte más elocuente de la declaración de David se halla al final del Salmo 23: "Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa oh Señor por siempre viviré" (versículo 6). La conclusión a que llega es ésta: Dios es un Pastor fiel, Dios es un Padre bueno, Dios nos da sus bendiciones durante toda la vida y finalmente nos conduce a su Reino eterno. Esta es la Buena Noticia que hoy te compartimos. Teniendo a Dios, NADA TE FALTARA EN ESTA VIDA Y ADEMAS AL FINAL RECIBIRAS EL REINO DE DIOS.
Por lo tanto hermano: confía en Dios y confía en sus promesas. Aprende a expresar el lenguaje de la fe cada día. Usalo cuando las cosas te vayan bien expresando alabanza y gratitud a Dios. Y úsalo en los tiempos de adversidad expresando confianza en el poder y la ayuda Divina. ¡Dios es tu única seguridad! ¡Confiesa tu fe decidida en El y así gozarás el favor de Dios a lo largo de tu vida!
 
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