CON DIOS NADA TE FALTA
(Publicado en nuestra revista MISION SIGLO XXI
Nº 9)
¡Cuánta necesidad tenemos de recibir
buenas noticias en medio de tantas noticias desalentadoras y preocupantes
que nos llegan cada día! Pues bien, esas buenas noticias existen!!
Las trajo Nuestro Señor Jesucristo. Son los hermosos mensajes
de salvación llamados "evangelios". Evangelio es una
palabra griega que significa "Buena Noticia" o "Buena
Nueva". Jesús trajo "Buenas noticias para los que sufren
bajo el yugo del pecado, la pobreza, la opresión, la enfermedad
y la muerte (Lucas 4,18-19).
En el presente artículo brindamos
una buena noticia contenida en la Palabra de Dios a todos los
que gimen bajo el peso de los cotidianos problemas. ¿Tienes problemas?
¿Buscas una esperanza frente a tus sufrimientos? Aquí puede estar
la luz que tanto buscas. Lee con atención.
CON DIOS NADA FALTA
Tú eres una persona creyente. Es
decir una persona de fe: crees en Dios. ¿Verdad que sí? Siendo
así, ¿porqué entonces gimes, o te desesperas, o maldices, o te
llenas de rencor bajo el peso de tus problemas? ¿No se supone
que DIOS ES MAS GRANDE QUE TUS PROBLEMAS? Mira lo que dice La
Biblia: "Para Dios no hay nada imposible" (Lucas
1,37; Salmo 135,6). ¿Qué crees que significa esta frase? Piénsalo
bien ¿Acaso Dios puede hacer de todo menos ayudarte en tus angustias?
¿Es que Dios se ha tomado el trabajo de crearte para luego olvidarte?
¿Crees que Dios es como esos padres desnaturalizados que embarazan
a una mujer y luego se desentienden del hijo que han engendrado?
Mira nuevamente lo que dice la Biblia: "¿Puede una madre
olvidarse del niño que cría? Pues bien, aunque se encontrara alguna
que lo olvidase, YO NUNCA ME OLVIDARIA DE TI" (Isaías
49,14-15). ¿Ves? Lo cierto es que Dios está atento a tu situación
y le duele tu sufrimiento. Pero muchas veces no interviene en
tu vida porque respeta tu libertad. (O tal vez porque el pecado
que hay en tu vida bloquea su gracia generosa: Isaías 59,1-2).
Si tú no le llamas El no se meterá en tu vida pues Dios te ha
hecho un SER LIBRE. Lo que hace Dios es invitarte a recurrir a
El en caso de necesidad: "Pidan y recibirán, busquen y
encontrarán, llamen a la puerta y se les abrirá. Porque el que
pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre"
(Mateo 7,7-8). Es decir que si tú crees de a verdad en Dios deberías
recurrir a él para afrontar tus dificultades Y NADA TE FALTARIA
(Lucas 12,6-7).
LO QUE NECESITAS ES TENER VERDADERA
FE EN DIOS
¿Que se necesita para obtener la
ayuda divina? Simplemente un poco de genuina fe. La fe es de importancia
fundamental para enfrentar los problemas de la vida con la ayuda
de Dios. De nada sirve saber que Dios existe y ama a todos los
hombres si no tenemos confianza en su amor y en su poder. La fe
cristiana no consiste en aceptar la existencia de Dios sino en
CONFIAR TOTALMENTE EN DIOS Y CREER ABSOLUTAMENTE EN LO QUE EL
DICE (ver Catecismo de la Igl. Católica # 150). Y si Dios en su
Santa Palabra nos promete asistencia, protección y ayuda para
tiempos de angustia, entonces debemos proceder en base a esas
promesas y ACTUAR CON FE QUE EN DIOS LO TENEMOS TODO Y QUE CON
EL NADA NOS FALTA (Isaías 41,10; Salmo 121). En cambio si traicionando
nuestra fe católica ponemos nuestra confianza en amuletos, sortilegios,
brujos, adivinos, etc., entonces ofendemos a Dios y nada sacamos.
Permanecemos estancados y esperanzados en falsas esperanzas que
de nada sirven frente a los problemas.
LOS PASOS DE LA FE
La fe según la Biblia es "la
plena seguridad de recibir lo que se espera y la convicción de
la realidad de cosas que no se ve" (Hebreos 11,1). Esto
significa que la fe es seguridad de la presencia de Dios en nuestra
vida aunque no le vemos y confianza de obtener su ayuda aunque
no le sentimos. La fe cristiana tiene una base firme y se desarrolla
en tres pasos.
La base de la fe cristiana lo constituye
el conocimiento de la Palabra de Dios (Romanos 10,14). No se puede
ejercer una fe sólida en Dios si no se conocen sus magníficas
cualidades y sus esperanzadoras promesas; ni tampoco se pueden
dar los pasos de la fe.
El primer paso de la fe cristiana
es la experiencia fundamental de LA CONVERSION a Cristo con la
cual se empieza la nueva vida cristiana (Efesios 4,17-23).
El segundo paso de la fe es aprender
a desarrollar la vida cristiana. No es suficiente con entrar al
camino de Cristo, hay que caminar bien dicha senda. Es lamentable
que en este punto muchos creyentes se quedan en la mediocridad
o traicionan al Señor revolcándose en el fango del pecado.
El tercer paso, es el ejercicio
de la fe para recibir las bendiciones de Dios. El creyente que
se entrega a Cristo y luego se esfuerza por vivir según sus enseñanzas
está en condiciones de recurrir confiado a la ayuda divina y obtenerla!
¡Que buena noticia para quienes vivimos en este mundo tan lleno
de necesidades! ¡Podemos contar con el poder de Dios para vencer
nuestras adversidades!
¿COMO OBTENER LA AYUDA DE DIOS?
Esta pregunta se plantean todos
los cristianos cuando se ven agobiados por los cotidianos problemas.
Pero a veces yerran al creer que la ayuda divina viene por sí
sola o Dios se la da a unos cuantos predestinados. Pero Dios no
actúa así. Dios desea ayudar a todos pero siempre espera a ver
QUE ES LO QUE HACE EL HOMBRE QUE DICE CREER EN EL. Citemos por
ejemplo el caso de Moisés que venciendo su miedo tuvo que ir físicamente
desarmado ante la presencia del Faraón para recién ver el poder
de Dios en acción (Exodo 6,28-30). Igualmente el pequeño David
tuvo que ponerse frente a Goliat confiando en Dios para recién
ver la acción divina derribando al gigante adversario. Le dijo:
"yo vengo a ti en el nombre de Yavé de los ejércitos"
(1 Samuel 17: 45-47). ¡Nuestra fe se refleja en nuestras actitudes
y en nuestro lenguaje! La obediencia de Moisés y la actitud confiada
de David desataron el poder de Dios.
¿Cómo procedes tú ante tus problemas?
¿Conservas la confianza en Dios y les haces frente expresando
frases de fe? ¿O eres de los que expresan pesimismos, lamentos,
y esperan "milagros que caigan del cielo" para resolver
tus problemas? Analiza tu proceder y empezarás a comprender porque
aún "no has visto el poder de Dios" en tu vida. Pon
la base de la fe en tu vida, es decir el estudio de la Palabra
de Dios y empieza a dar los pasos de la fe. ¡Entonces empezarás
a "ver" la acción divina en tu vida.
LA IMPORTANCIA DE LAS PALABRAS
DE FE
La ciencia de la comunicación nos
enseña que las palabras dan forma a nuestra vida: condicionan
nuestra forma de pensar y nuestra conducta. Es así porque las
palabras son la expresión de nuestros pensamientos y sentimientos
(Lucas 6,45). Por esta razón LA FE Y LAS PALABRAS SE HALLAN INTIMAMENTE
LIGADAS. Si nuestros pensamientos y sentimientos son de confianza
(FE POSITIVA), nuestras palabras expresarán tal confianza. En
cambio si nuestros pensamientos y sentimientos son de miedo, pesimismo
y preocupación (FE NEGATIVA), entonces nuestras palabras expresarán
tales cosas. En Mateo 21,21 Jesús dijo: "Si tienen fe
y no dudan... le dirán a este cerro: 'quítate de ahí y arrójate
al mar', y así sucederá". Jesús estaba relacionando
la fe con las palabras: "si tienen fe... dirán... y así
sucederá". ¡Las palabras expresan el grado y la calidad
de nuestra fe!
De aquí la necesidad de cultivar
un lenguaje cotidiano de fe positiva. El hablar cada día palabras
de confianza en el amor y el poder de Dios desatará las bendiciones
divinas sobre nuestra existencia. Y también contribuirá a que
muchos vuelvan su mirada hacia Dios. Ahora bien, lenguaje de la
fe se alimenta en el diario contacto del alma con la Palabra de
Dios. La persona que lee constantemente la Santa Biblia inevitablemente
se expresa con el lenguaje de la fe.
EL LENGUAJE DE LA FE
El lenguaje de la fe podemos aprenderlo
en el Salmo 23. Vamos a analizar este Salmo para ver en qué consiste.
Consideremos primeramente la alta
calidad de fe que encierran las primeras palabras: "El
Señor es mi Pastor, NADA ME FALTA". Esta es una confesión
super-positiva. Expresa una confianza infinita en el Divino Pastor.
Una confianza de tenerlo todo si se tiene a Dios. Esta confianza
absoluta en Dios ha sido el motor de las grandes empresas que
a lo largo de la historia realizaron los santos para gloria de
Dios y provecho de la humanidad. Así mismo es la clase de fe que
caracterizó a los personajes bíblicos. ¡Este es el lenguaje de
fe que nosotros debemos confesar cada día para afrontar la vida
con decenas de planes emprendedores en la mente! Y utilizarlo
no solo en tiempos de angustia y peligro, sino también en épocas
de tranquilidad.
EL LENGUAJE DE LA FE EN TIEMPOS
TRANQUILOS
La fe no solo se ejerce cuando
las cosas van mal sino también cuando las cosas van bien. En épocas
buenas debemos reconocer la soberanía y la bondad de Dios. ¿Cómo
hacerlo? Expresando alabanzas a Dios por su bondad y gratitud
por sus bendiciones. Así haremos que la gloria de Dios resplandezca
sobre la tierra (Mateo 5,16).
Esto hace el rey David cuando declara:
"En verdes pastos me hace reposar y a arroyos de tranquilas
aguas me conduce" (versículo 2).
Que las ovejas tengan verdes pastos
significa que tienen justo lo que necesitan, que están satisfechas.
Pues bien, Dios nuestro Pastor Celestial nos permite disfrutar
en ciertos tiempos cosas buenas como la unión familiar, buena
salud, estabilidad económica, etc. Estos son los "pastos
verdes" que provienen de su amor. ¿Quién no ha gozado buenas
épocas en su vida? Dios permitió esa paz, ese bienestar y esas
alegrías que iluminaron nuestra vida terrenal. De ello debemos
ser muy agradecidos ante Dios y declarar: "El Señor es
mi Pastor, nada me falta, me da verdes pastos, bendito sea su
Nombre". Ejercitar el lenguaje de la fe significa reconocer
ante el mundo que los deliciosos "pastos verdes" del
negocio o del trabajo que estamos disfrutando en el presente es
posible gracias a la bondad de Dios. Hazlo y tu felicidad será
mayor aún.
Pero reflexiona... ¡cuántas veces
hemos disfrutado las bendiciones de Dios de una manera ingrata:
sin reconocer la bondad Divina! En cambio cuán inclinados somos
a quejarnos, abatirnos o maldecir cuando surgen los problemas.
De continuo hablamos de cómo van mal los negocios, del clima que
empeora, de los problemas de familia y salud. Estas declaraciones
negativas revelan de qué está lleno nuestro corazón: negativismo
y pecado (Lucas 6,45). ¡Ya es hora que ejercitemos el lenguaje
de la fe!
Las "tranquilas aguas"
a que se refiere David indican las bendiciones espirituales: gozo
interior, paz y limpieza del corazón. Tales cosas también nos
vienen de Dios a través de la dulce presencia del Espíritu Santo
en el alma (Gálatas 5,22-23). El Espíritu Santo nos es dado a
todos en el bautismo. Pero perdemos su presencia cuando en nuestra
alma damos cabida a las diversas formas de pecado. ¿Cómo se recupera
la presencia del Espíritu Santo? Mediante el arrepentimiento,
la confesión y la entrega a Jesucristo. Entonces el precioso Espíritu
Santo, retorna al corazón y lo llena hasta sobreabundar (1 Corintios
6,19). Es precisamente el Espíritu Santo quien inspira el lenguaje
de la fe en el creyente con expresiones de profunda satisfacción
espiritual (observemos los sentimientos de San Pablo en Fil 4,11-13).
EL LENGUAJE DE LA FE EN LOS TIEMPOS
DIFICILES
Es evidente que de tiempo en tiempo
nuestras vidas se transtornan bajo una serie de problemas y situaciones
peligrosas: tentaciones, enfermedades, riesgo de muerte, etc.
Las circunstancias adversas y los golpes de la vida parecen aplastarnos.
Empezamos a sentir el miedo y la debilidad en nuestra propia carne.
El desaliento nos invade. Algunas veces hasta sentimos que no
vale la pena el esfuerzo ante tanto mal y nos rendimos.
¡Precisamente es en tales situaciones
que debemos empuñar el lenguaje de la fe para hallar fuerza interior
y sobreponernos a las adversidades! Debemos decir en voz alta
como David: "El Señor me da nuevas fuerzas y me lleva
por caminos rectos haciendo honor a su nombre" (versículo
3). Ojo a esta declaración: Dios nos dará nuevas fuerzas y nos
guiará por el camino recto por honor de su nombre. ¡Si somos creyentes
debemos creerlo y proclamarlo con fe! No podemos hallar victoria
por nuestro solas fuerzas pero si podemos hallarlo con Dios. El
es nuestra fuerza, nuestro refugio y nuestro escudo (Salmo 18,1-2).
Amigo lector: ¡Si te encuentras
en circunstancias difíciles habla el lenguaje de la fe! Declara
una y otra vez en voz alta: "El Señor es mi Pastor y nada
me falta, me da nuevas fuerzas". Y ganarás las batallas
frente a tus difíciles problemas. Observa lo que añadió el rey
David ante el peligro: "Aunque pase por el más oscuro
de los valles no temeré peligro alguno, PORQUE TU SEÑOR ESTAS
CONMIGO" (versículo 4). ¡Qué tal fe! David rehusó amilanarse
y proclamó que no le tenía miedo al peligro porque Dios estaba
con él. En lugar de lamentarse de la oscuridad que le rodeaba,
David afirmó la presencia de Dios y confesó su confianza en El.
¡Eso es lo que tú tienes que hacer frente a las pruebas! Es cierto
que cuando atravesamos sombrías situaciones parece que Dios no
está ahí a nuestro lado, pero no fijemos nuestra mirada en lo
sombrío ni dejemos brotar el lenguaje del temor. En lugar de ello
declaremos firmemente que Cristo está con nosotros y sentiremos
la reconfortante presencia del Señor (y el miedo huirá!).
LA PROTECCION DE DIOS
En el verso 4 David reconoce la
protección de Dios al decir: "tu vara y tu bastón me inspiran
confianza". En aquellos tiempos el pastor de ovejas empleaba
una vara para ahuyentar a las fieras que amenazaban su rebaño;
y también un bastón curvado en gancho en uno de sus extremos para
retornar a las ovejas que se descarriaban. Utilizando esta comparación
David afirmó que el Buen Pastor Dios nos protege de los peligros
y nos guía por camino seguro. Creyendo en esto David conservó
la serenidad a través de los conflictos de su vida. Así también
cuando tú veas todo oscuro y sin salida, y cuando hayan enemigos
que buscan tu destrucción: ¡¡Utiliza el lenguaje de la fe!! No
te dejes abatir. En lugar de ello, di: "Yo no se por donde
ir ni como salir de esto, pero Dios me va a guiar. Su mano amorosa
está sobre mi y me protege ahora mismo. El me guiará nuevamente
a verdes pastos y tranquilas aguas haciendo honor a su nombre".
Al expresar esta confianza generarás fuerza interior en tu alma
y vencerás cualquier adversidad.
La Biblia te dice: "Confía
de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten
presente al Señor en todo lo que hagas y El te llevará por el
camino recto" (Proverbios 3:5-6). Por tanto no recurras
jamás a los falsos ayudadores (espiritistas, astrólogos, brujos,
etc) que robándote tu dinero te prometen "curar y limpiar"
tu vida y tu casa de daños y mala suerte. ¡Cuán necias son las
personas que en vez de creer en el Dios vivo prefieren creer en
esos falsos "maestros" buenos solo para sacar plata.
LA ABUNDANCIA DE LAS BENDICIONES
DE DIOS
En el salmo 23 David declaró también:
"ante los ojos de mis enemigos has llenado mi copa a rebosar"
(versículo 5). A pesar de tantos enemigos circunstanciales Dios
bendijo a David con bendiciones que sobrepasaron a sus necesidades.
Lo bendijo de tal modo que sus necesidades fueron colmadas hasta
rebosar. Así también si tú mantienes tu fe firme en Dios, El te
bendecirá "hasta rebosar".
La parte más elocuente de la declaración
de David se halla al final del Salmo 23: "Tu bondad y
tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa oh Señor
por siempre viviré" (versículo 6). La conclusión a que
llega es ésta: Dios es un Pastor fiel, Dios es un Padre bueno,
Dios nos da sus bendiciones durante toda la vida y finalmente
nos conduce a su Reino eterno. Esta es la Buena Noticia que hoy
te compartimos. Teniendo a Dios, NADA TE FALTARA EN ESTA VIDA
Y ADEMAS AL FINAL RECIBIRAS EL REINO DE DIOS.
Por lo tanto hermano: confía en
Dios y confía en sus promesas. Aprende a expresar el lenguaje
de la fe cada día. Usalo cuando las cosas te vayan bien expresando
alabanza y gratitud a Dios. Y úsalo en los tiempos de adversidad
expresando confianza en el poder y la ayuda Divina. ¡Dios es tu
única seguridad! ¡Confiesa tu fe decidida en El y así gozarás
el favor de Dios a lo largo de tu vida!
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