jueves, 21 de junio de 2012

"VUELVE A DIOS QUE TANTO TE AMA"



VUELVE A DIOS QUE TANTO TE AMA
(Publicado en nuestra revista MISION SIGLO XXI Nº 6)
Hola amigo, quiero hablarte de Dios a tí que aunque crees en Dios no participas mucho en las cosas de la religión. Quiero decirte que tu fe en Dios es un valor muy importante. La fe en Dios es una luz que ilumina la vida. El ateísmo es una invención humana antinatural. El ateísmo hace que muchas personas caminen como ciegos por la vida. (Salmo 14,1).
Quizá tu caso no sea así. O quizá sí. Sea como fuere el punto es que tú necesitas un encuentro personal con Jesús para cambiar tu vida. TU NECESITAS VOLVERTE A DIOS!! ¿O es que acaso puedes presumir de estar en buena relación con Dios y cumpliendo su excelsa Voluntad?
Jesús vino a salvar lo que estaba perdido (Mateo 18,11). Y nos dice: "Hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve personas buenas que no necesitan convertirse"(Lucas 15,7). El problema es identificar a los que necesitan convertirse: "¿Quiénes son los pecadores que necesitan convertirse?" Tú. amigo (a) lector... ¿Te consideras un pecador necesitado del perdón de Dios?
Generalmente pensamos que el llamado divino a la conversión es para los delincuentes, drogadictos y prostitutas. Pocas personas se sienten pecadores necesitados de conversión. Menos aún si son devotos de algún santo y cumplidores de la Misa dominical. ¡Pero cuidado, no debemos engañarnos! Si pensamos así es porque no leemos la Palabra de Dios. Si nos creemos de "los buenos que no necesitan conversión" estamos muy equivocados (1 Juan 1,8). No daremos los pasos de retorno a Dios ni llegaremos a disfrutar de su Presencia viva en nuestras vidas.
¡Despertemos de nuestra soberbia espiritual! ¡Abramos la Biblia! La Palabra de Dios quebrará nuestra ilusión de "buenos católicos". Ahí encontramos por ejemplo que Jesús le dijo al joven rico "¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios" (Marcos 10,18) Ojo, ¡Solo Dios es bueno! Por supuesto que sí; y es que desde el pecado de Adán y Eva todos nacemos con una naturaleza DEBILITADA E INCLINADA AL PECADO (Catecismo de la Ig. Católica # 405-406). Esto se demuestra en que desde nuestra más tierna edad van manifestándose en nosotros las tendencias al egoísmo, la mentira y la malicia; tendencias que al pasar los años van engendrando los actos pecaminosos que en mayor o menor medida TODOS cometemos. Por eso Jesús en otra de sus prédicas dijo "Si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos..."(Mateo 7,11). Atento a ese calificativo: "ustedes que son malos". Ahora piensa: ¿Te sientes aludido por estas palabras del Señor? A quienes por el hecho de cumplir celosamente las costumbres religiosas se creían justos, Jesús les reprochó: "Ay de ustedes fariseos que son como sepulcros blanqueados, bonitos por fuera, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y toda clase de inmundicias. Así son ustedes: por fuera parecen buenos ante la gente, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad"(Mateo 23,27-28). Lee también estos textos para que entiendas mejor como Dios ve nuestra realidad religiosa: Isaías 1,15-17; Jeremías 8,4-8; Ezequiel 33,30-32; Mateo 3,7-12.
Estos textos bíblicos nos tienen que hacer caer en la cuenta de cuán verdadero es lo que dijo San Pablo: "No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno... todos se han ido por mal camino..."(Romanos 3,10-18).
En resumen: ¡TODOS NECESITAMOS DE LA SALVACION DE JESUCRISTO! ¡TODOS NECESITAMOS VOLVERNOS A DIOS! ¡¡TODOS DEBEMOS RECAPACITAR DEL CAMINO QUE ESTAMOS LLEVANDO PARA TOMAR LA DECISION DE RETORNAR A DIOS!! ¿Te das cuenta de esto hermano? ¿Empiezas a ver que tú también necesitas volver tu corazón a Dios? Ojalá que sí.
COMO VOLVER A DIOS
El retorno a Dios es un paso que han dado muchísimas personas a. lo largo de los siglos transcurridos desde que empezó a anunciarse la Buena Nueva de la Salvación. Veamos como ejemplo una conversión que ocurrió en el siglo IV:
"Era un adolescente difícil para sus padres. Al crecer se convirtió en un joven problemático, vicioso y sensual, pero también era un intelectual muy instruído. Se enorgullecía de ser el primero en todo, incluso en el mal. Desobedecía a sus padres y maestros. Mentía y engañaba; cometía fechorías, hacia trampa en juegos de azar y se entregaba a toda clase de excesos alcohólicos y sexuales. Sin embargo, gracias a las constantes y reiteradas súplicas de su madre para que cambiara, trató de corregirse a sí mismo PERO solo pudo ver como caía más bajo aún en su vida moral. Al recapacitar vió con verguenza que hombres con menos instrucción que él eran capaces de resistir las tentaciones que a él le vencían. Entonces cayó en un período de remordimiento en el que se sentía abrumado por sentimientos de autocondenación. Un día oyó una voz amiga que le dijo: "¡Toma y lee!" Era la Biblia. Y puesto que era un hombre intelectual y estaba buscando salir del fango, empezó a leer la Biblia. Entonces encontró este pasaje: "Andemos honestamente, como en pleno día: no en orgías ni en borracheras; no en casas de prostitución ni desenfrenos; no en disputas ni envidias. Al contrario, revístanse del Señor Jesucristo y no busquen satisfacer los malos deseos de la carne" (Romanos 13,13-14). Su remordimiento sobre su vida fue tan fuerte y sincero que le movió a entregarse plenamente a Jesús, y luego con una decisión irrevocable emprendió el camino de Cristo hasta la victoria total. Oró pidiendo al Espíritu Santo que le ayude a superar los pecados contra los cuales antes había luchado en vano y con su ayuda logró una sólida santidad. Los resultados de su vida posterior lo demostraron. El joven se entregó al servicio de Dios y de sus hermanos. La obra que llegó a realizar tuvo una poderosa incluencia en su época y en los siglos posteriores. Se llamaba Agustín. Y fue declarado santo: San Agustín".
Agustín volvió a Dios y se entregó a Jesucristo porque la Palabra de Dios tocó su corazón. Esta experiencia de volver a Dios empezó a darse en el tiempo terrenal de Jesús con personas sencillas como la Samaritana (Juan 4,4-29), la mujer adúltera (Juan 8,1-8), Zaqueo (Lucas 19,1-10) y María Magdalena (Lucas 7,36-50). Y también se da hoy como hace mas de 2000 años en las personas que encuentran a Jesucristo. Hace unos meses en el Servicio Bíblico Católico tuvimos un Retiro Bíblico "Encuentro con Dios". Al final del retiro uno de los participantes contó lo siguiente:
"Hasta este retiro mi vida había sido muy triste, llena de sufrimientos y soledad; inmerso en los vicios del alcohol, tabaco, drogas y diversiones. Me dedicaba a hacer el mal a mi prójimo. Rechazaba todo lo que pudiera hacerme bien y me hundía poco a poco en la oscuridad. Un día vine a la comunidad Bíblica Católica buscando una luz para mi vida. Las reuniones no me causaron mucho impacto pero en los mensajes sentía el llamado divino a cambiar. Continué asistiendo hasta que nos invitarón a este retiro bíblico. Me animé a venir para intentar un cambio profundo. Los temas bíblicos del retiro y el ambiente de reflexión me ayudaron. Pedí al Señor que mi corazón se ablandara más y más. Y llegué a la conclusión que no hay nadie como Dios, como Jesús. Así que decidí entregarme a El. La noche de la Vigilia me rendí ante tan poderosa presencia. Al postrarme ante Cristo sentí una emoción que no puedo expresar porque fue profundo y hermoso. Expresé todo lo que tenía guardado dentro, donde nadie podía sacarlo. Y Jesús lo arrojó de mí. Ahora El reina en ese lugar que es mi corazón. Soy nuevo, he nacido otra vez para el Señor" (Jorge Luis)
Hermano Católico: estas experiencias pasadas y presentes señalan algo que debes considerar detenidamente: Hoy como ayer Dios está llamando a sus hijos a volverse hacia El. Ahora bien: Tú eres un hijo amado de Dios. Piensa: ¿Cuál es tu situación actual frente a El?... ¿Estás en el camino de sus mandamientos o mas bien vives en el "camino ancho del mundo" aún cuando concurres hipócritamente a las celebraciones religiosas? (Mateo 7,13-14) ¿Eres un verdadero católico o solo un católico de nombre y de costumbres religiosas? ¿Tu condición actual es de esclavitud de algún pecado grave o de un vicio destructivo? Detente y haz un examen de conciencia. Sólo meditando "veras" tu real situación y sentirás la necesidad de volver a Dios. Analiza: ¿Es Dios para tí una persona real a quien amas y con quien cultivas una relación profunda de amistad y a quien obedeces en tus decisiones de cada día?...¿Es así en verdad? Y si no es así, ¿por qué no intentas ahora volver tu corazón hacia Dios? Es fácil hacerlo. Primero debes decidirlo: "Volveré a mi Padre y le diré: Padre he pecado contra tí..."(Lucas 15, 18). A ello te ayuda el reconocer cuán apartado estás de Dios y de sus leyes. Y luego de tomar tu decisión háblale a Dios en oración!! (incluso ahora mismo. Mejor si es de rodillas) y dile a Dios estas o similares palabras:

"Querido Dios. ¿Es verdad que tú me estás llamando a volver a tí? Si es así, haz que te sienta aunque sea un poco. Se que no lo merezco pero te pido por favor que entres en mi vida. Toca mi corazón y ablándalo para amarte más. Toca mi mente para pensar más en tí. Reconozco que estoy apartado de tí, que he sido un hipócrita asistiendo de vez en cuando a tu templo pero no haciendo nada para cambiar mi vida. Concédeme sentir dolor por los pecados acumulados en mi vida. Padre Dios: Quiero volver a Tí. Atráeme. Lávame con la sangre que Jesús derramó en la cruz por mi salvación. Y recíbeme de nuevo como un hijo pródigo que vuelve a tí. Entra en mi vida y quédate en mí para siempre. Amén".

Para completar tu retorno a Dios acércate en un sacerdote y confiesa tus pecados. Después empieza una nueva vida esforzándote por vivir como un digno hijo de Dios. Intégrate en un grupo católico que te enseñe la Palabra de Dios y te anime a comunicar las Buenas Nuevas de Dios a tu prójimo que aún vive apartado de dios.
Quérido hermano Católico, no lo olvides: VUELVE A DIOS, TU PADRE QUE TANTO TE AMA. Dios no solo te llama sino también te espera con los brazos abiertos para perdonarte tus pecados por terribles que hayan sido y cubrirte con su amor renovador. Hoy se ha valido de esta revista para tocar tu puerta (Apocalipsis 3,20) ¡Escucha su voz!! VUELVETE A DIOS, DIRIGE TUS PASOS A EL. Y realiza tu alto destino de Hijo de Dios a partir de ahora.

 
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